Instituto de Educación Secundaria I.E.S. ABULA - Vilches (Jaén)
953 60 99 08
23700359.edu@juntadeandalucia.es SÃguenos en
El perÃodo ibérico también dejó importantes restos en Vilches. Dentro de la zona de influencia de Cástulo estaba la ciudad ibero-cartaginesa de Giribaile, un oppidum, cuyas fortificaciones y amplitud revelan su gran importancia dentro de la comarca, ya que dominaba buena parte de la comarca minera circundante, asà como los caminos y pasos naturales. Giribaile alcanzó gran importancia en el desarrollo de la Segunda Guerra Púnica, en los últimos años del siglo III a.C., siendo conquistada, finalmente, por el ejército romano.
Pero Giribaile es más que un yacimiento arqueológico, es todo un parque arqueológico en el que existen, además del oppidum ibérico, un conjunto de cuevas eremÃticas y un castillo medieval.
El pasado romano de Vilches se conoce a través de las fuentes literarias y de los datos aportados por los hallazgos epigráficos y arqueológicos. En una lápida epigráfica, aparecida en el cerro del Castillo, se conmemora hacia el 76 d.C. la concesión a Baesucci (Vilches) del tÃtulo de municipio por el emperador Vespasiano. A esta época pertenece, también, la villa de Santagón situada en la vega del rÃo Guadalén.
Después del año 711, Vilches fue rápidamente ocupada por los musulmanes, atraÃdos por la cercanÃa de las minas de Cástulo y el paso de las antiguas vÃas romanas. El largo perÃodo de tiempo de inclusión en Al Andalus dio a la villa el carácter de una tÃpica ciudad musulmana, aún hoy observable en el trazado del casco urbano antiguo. En la época de los reinos taifas, Vilches perteneció a la taifa del rey Al-Mutamid de Sevilla y, posteriormente, con la invasión almorávide y almohade se refuerza su carácter defensivo, quedando incluida en el reino andalusà de Hamlakat Yayyan.
El dÃa 16 de julio de 1212 los cristianos vencen en la cercana batalla de las Navas de Tolosa, lo que les abre las puertas del Valle del Guadalquivir. En la crónica de don Rodrigo Ximenez de la Rada se describe el protagonismo de Vilches en aquel acontecimiento: "Después de la gran victoria de las Navas de Tolosa mandó el rey don Alfonso a don Rodrigo Garcez de Asa... que fuese sobre el castillo de Vilches, lugar fortÃsimo por la alteza del risco donde está edificado, a cuatro leguas de la ciudad de Baeza... y apretaron tanto el cerco con la baterÃa, que los moros se rindieron pensando salvar sus vidas. Lo cual les sucedió al contrario, porque luego fueron todos degollados, y lo mismo hicieron en los castillos de Ferral, Baños y Tolosa...". Durante el siglo XIII se conceden fueros y se lleva a cabo el proceso de repoblación, pasando entonces Vilches a depender de la ciudad de Baeza.
En 1627 Felipe IV concedió a Vilches el tÃtulo de Villa, independizándose asà de Baeza. En el siglo siguiente, la repoblación de Sierra Morena llevada a cabo por Carlos III redujo el término municipal de la Villa para crear los nuevos núcleos de Arquillos, Carboneros, La Carolina y Santa Elena.
En la actualidad, lo primero que observamos en la distancia de una primera contemplación es el urbanismo de un antiguo pueblo que se desparrama sobre las laderas de tres cerros. En uno de ellos se alzan los restos del castillo árabe. En el interior de lo que fuera el patio de armas se levanta la ermita-santuario de la Virgen del Castillo.
En la plaza mayor se encuentra la Iglesia de San Miguel Arcángel, obra de canterÃa de finales del siglo XVI. Es digno de admiración su retablo barroco. En una de sus capillas laterales se conservan diversas reliquias relacionadas con la batalla de las Navas de Tolosa: una cruz de hierro, una bandera-estandarte, una alabarda y una casulla obispal.
Cuenta Vilches, además, con un enorme patrimonio troglodÃtico, puesto que todas las laderas de sus cerros están horadadas de cuevas, cuyos orÃgenes se remontan a tiempos lejanos, pero que han estado habitadas hasta décadas recientes del pasado siglo.